Mariana Andrade

 

Aquí nos asamos de calor, sudamos hasta de respirar y ocultamos la cara de sol ( tratamiento antiarrugas post-treinta),
hago la dieta de la ahuyama, se me arrugan las manos cuando toco mucho tiempo el agua (falta de potasio según la leyenda materna) ,
grabo discos de Elis Regina y me conmuevo porque mi amiga Milena que es mamá hace seis meses me escribe para contarme que además del amor y la alegría,

con un hijo se siente un tipo diferente -mas intenso- de culpa…
 
Conversé con Amneris que se pinta las uñas larguísimas de rojo encendido y 
anteayer lloré hasta que me quedé dormida en la sala  de la casa por culpa e unas cervezas a más,
continuo suspirando por unas papas criollas con guacamole,
y a veces pese a que me siento más madura sigo sin entender nada, todo tan contradictorio, tan paradójico…
 
Me lleno de ternura porque un estudiante se asustó cuando vio una fotografía de un pájaro,
y me admiro cuando un compañero me cuenta que cuando niño comía aire con sabor a cocada..

  
Hablo por internet casi todas las noches con Miguel (amistades virtuales?),
leo un libro de un neurocirujano, y me sorprende como t-o-d-o, en últimas, está en el cuerpo…
y el último sueño que recuerdo fué con un caballo negro del tamaño de un pequinés que me lleva

de una cuerda roja por unas escaleras blancas de marmol…
 
Quiero querer dejar de fumar
y cada día que pasa sólo aproxima el viaje a Colombia…
 
Y así están las cosas, (un poco)

muita samba, muito sol e rock and roll…